Los mejores juegos educativos para regalar a los niños

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Ese momento en el que abrimos el catálogo de juguetes, vemos que nuestros peques los han marcado todos y entramos en pánico. O paseamos por los pasillos de las jugueterías y les vemos señalar uno tras otro. ¡Qué responsabilidad! ¿Cuál compramos? Sin duda la mejor opción es escoger aquellos que nos sirvan para realizar juegos educativos que, además de hacer que se diviertan, fomentan valores, les ayudan a desarrollar capacidades y trabajan la cooperación y el juego en equipo.

Para elegir los mejores juegos educativos estas Navidades y entender por qué son esos adecuados, hemos hablado con Gisela Baz, consultora de educación. Es Maestra de Infantil y Psicopedagoga. Especializada en en Educación Emocional, Viva y Respetuosa, Gisela realiza consultoría online educativa para familias, además de asesorar proyectos educativos en diversas escuelas y entidades. Por todo esto, es la persona perfecta para resolvernos las dudas estrella que todos los padres nos hacemos a la hora de decidir sobre las actividades y juguetes de nuestros hijos e hijas.

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¿Existen los juguetes educativos?

¡Hola Gisela! Lo primero es aprender desde la base. ¿Cómo podemos saber qué juguete puede ayudar a transmitir valores fundamentales? Tolerancia, trabajo en equipo, empatía…

¡Hola chicos! Pues este es el primer error que se tiende a pensar, que existen juguetes educativos perse. El juguete en si no es el que enseña o el que ayuda a transmitir valores. Ni siquiera podríamos hablar del juguete como herramienta para ese fin. En todo caso será el tipo de juego que se dé a través del juguete el que favorezca uno u otro aprendizaje. 

En ese sentido, las primeras características que podemos mirar a la hora de elegir es que sean juguetes que favorezcan el juego cooperativo, en el que el fin sea conseguir el disfrute de todos los que participan. También, aquellos en los que se requiera llegar a acuerdos y dialogar.

Lo importante no es el qué sino el cómo, entonces. Para poner en práctica estos momentos de juego educativo, ¿cuánto tiempo debe dedicar un niño a jugar? 

El juego debería ser la actividad principal de un niño en etapa 3-6 años y su única actividad de 0-3 años. El juego es el motor del aprendizaje, del desarrollo y ayuda establecer las bases de su psicología.

Si no importa el qué, tampoco importará el cuánto, ¿verdad? 

Exacto.

Pero ya sabes, a los padres todo nos parece poco para ellos. ¿Cuántos juguetes debería tener un niño?

En tema de juguetes, a menudo, menos es más. Juegos sencillos, que cuiden la estética, autocorrectivos o materiales desestructurados (palos, piedras, bloques de madera, corchos…) son una opción muy interesante y que dan paso a situaciones de juego muy ricas y diferentes.

Por ello, más que cantidad de juguetes, deberíamos fijarnos en la calidad de los mismos. El material del que están hechos, el tipo de juego al que da pié, las habilidades del pensamiento pone en marcha, etc.

¿Qué aspectos debe potenciar el juego educativo?

¿Qué es lo más importante a trabajar en las primeras etapas?

Es importante que el juguete potencie la imaginación y la creatividad de los peques. 

Pero, sin duda, la autoestima es esencial en la etapa infantil 0-6 años, puesto que a estas edades se forma la base de su desarrollo personal. En ese sentido, debemos optar por juegos cargados de significado para los niños y niñas, donde consigan superar retos y puedan reafirmarse de manera positiva.

En la etapa 3-6 años, recomiendo siempre introducir los juegos de mesa, ya que en ellos tienen lugar situaciones que favorecen su autoestima (por ejemplo, cuando aciertan una cuestión) y aprendizaje. 

Además, es importante aprender a través de juegos educativos a recibir críticas, a realizarlas y a vivir las situaciones “desagradables” de manera resiliente y saludable, como puede ser perder una partida. Saber afrontar estas situaciones es un aprendizaje esencial para la vida adulta. 

Hablando de gestionar momentos complicados: esos en los que piden, piden y quieren todos los juguetes. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos e hijas a afrontar la frustración de que “todo no puede ser”? 

La frustración, forma parte de la vida. Cuando son muy pequeños, se trata de que el adulto no intente que el niño entienda que no necesita tanto. Porque le estamos pidiendo un nivel de razonamiento que implica sopesar, hacer balance… Y esto requiere habilidades mentales que aún no se han desarrollado en el cerebro en edades muy tempranas.

Lo que sí podemos hacer es acompañar esa frustración. Es decir, comprender cómo se sienten, empatizar y hacerle saber que nosotros los adultos tomamos las mejores decisiones para él o ella. Eso no implica que vayan a aceptarlo de buenas a primeras. Pero, poco a poco, tienen que ir aprendiendo a respetar y a confiar en nuestra autoridad

¿Cómo elegimos el momento en el que sí le compramos ese juguete que piden? 

Como todo en la vida, en su justa medida. Siempre con sentido común y equilibrio. Muchas veces, el “peligro” está en caer en el consumismo de comprar por comprar, porque entonces sí que puede pasar que los niños dejen de darle valor.

Hoy en día vemos a muchos peques hiperestimulados, con exceso de juguetes pero con carencias importantes a nivel afectivo. Para los niños y niñas es mucho mejor jugar con sus seres queridos un ratito que con muchos juguetes nuevos. Siempre hay que tener presente esto y saber decir “sí” o “no” en función del momento. Yo te diría: cómprale algo si quieres, puedes y te apetece. siempre que sea dentro de ese equilibrio. Si  no es así, aprende a decir “no” de manera firme.

Hoy en día vemos a muchos peques hiperestimulados, con exceso de juguetes pero con carencias importantes a nivel afectivo.

¿Es correcto convertir estas compras en una recompensa a cambio de que hagan algo que nosotros queremos?

Para premiar yo suelo sugerir ofrecer recompensas en modo “experiencia”: ir juntos al parque, al cine, organizar una fiesta de pijamas… en lugar de los premios que se compran con dinero. Pero en la misma línea: sentido común. Aquí los peques funcionan igual que los adultos: a veces nos compramos algo bonito que nos hace ilusión y es genial auto-premiarnos en momentos puntuales. Esto me parece saludable siempre que se parta de una satisfacción interna. El problema surge cuando lo convertimos en “shopping-terapia” porque entonces estamos tapando emociones y la satisfacción será tan solo momentánea. Pasa lo mismo con los niños y niñas: premiar con algo material de vez en cuando no pasa nada, siempre que no intente “tapar” otras necesidades.

Los mejores juegos educativos infantiles

Los profesionales habláis mucho del juego simbólico como uno de los tipos fundamentales para su desarrollo. ¿Qué es este concepto y qué beneficios tiene en su aprendizaje?

El juego simbólico va desde representar acciones de la vida cotidiana hasta el propio juego de roles donde cada uno representa un personaje. Muchos de ellos empiezan jugando a «mamás y papás», a ser gatitos o super héroes.

Es el juego más rico por excelencia. Les aporta un montón de ingredientes fundamentales para su desarrollo afectivo y social. Ayuda a que amplíen su lenguaje, desarrollen la empatía y, sobre todo, consoliden sus representaciones mentales.

Estos juegos educativos les permiten tener una serie de vivencias desde la seguridad que proporciona el juego, donde todo está permitido. Además, van interiorizando cómo funciona el mundo y sus relaciones. 

También a través del juego de representación, pueden canalizar su mundo emocional y en muchas ocasiones les permite recrear procesos dolorosos o vivencias traumáticas

Lo utilizamos mucho en terapia, ya que permite a los niños expresar su realidad y liberar tensiones. Sobre los dos años, es bueno que los niños y niñas empiecen a realizar este tipo de juegos, por ejemplo, hacer que dan de comer a una muñeca.

Ahora que los juguetes tienen más funcionalidades, ¿crees esto frena la imaginación que teníamos nosotros cuando nos imaginábamos que un par de cajas eran una casa? ¿Habría que recuperar esa forma de jugar?

Personalmente soy una fanática de los materiales desestructurados. Ese tipo de material que “puede ser cualquier cosa”. Una caja grandota y de cartón, para mí, es el mejor juguete del mundo. Y creo que muchos peques estarían de acuerdo conmigo.

Recomiendo muchísimo el cuento “No es una caja”.

¿Está cambiando la tendencia a la hora de elegir un juguete para un niño? ¿Crees que ahora nos preocupa más que aporten algo en su educación?

Ahora mismo estamos en un momento social delicado y controvertido, también en lo que respecta la educación. Hay muchas corrientes pedagógicas que marcan muchos estilos, con el peligro de que cada vez nos volvemos más dogmáticos.

Lo que no aconsejo son los extremos: a un lado, no fijarnos casi en con qué juegan nuestros hijos o no darle importancia a que estén todo el día enfrente de una pantalla. Y, al otro extremo, buscar que todo tenga que tener un sentido pedagógico o educativo. Vuelvo un poco al punto de partida: equilibrio.. 

Personalmente, agradezco que las familias pongan atención a la hora de escoger materiales y juguetes. Lo valoro como algo positivo. Pero también creo que hay que dejar que los niños sean niños, y muchas veces lo que les hace más ilusión es un “monstruo horrible de plástico” (ríe) ¡y también está bien!

Hay que dejar que los niños sean niños, y muchas veces a ellos lo que les hace más ilusión es un “monstruo horrible de plástico”

Respecto al tema “pantallas” que has comentado, ¿hasta qué punto pueden ayudar las tecnologías a esta labor educativa a través del juego? 

Buf.. ¡muy complicada esta pregunta! ¡Me da para escribir un libro! (ríe).

El mundo digital o virtual ofrece un tipo de juego con unas características muy concretas que, sin duda, yo dejaría para edades más mayores: a partir de los 6-8 años

Es solo entonces cuando podemos introducir un poco de apoyo digital para ofrecer recursos educativos y juegos interactivos, siempre regulando el tiempo de exposición, esto es fundamental. ¡Hay propuestas muy interesantes!

Pero en edades comprendidas 0-6 años no aportan la riqueza de estímulos que un cerebro infantil en pleno desarrollo necesita

Listado de juguetes educativos para regalar estas Navidades

¿Podrías ponernos ejemplos de juguetes que consideras estupendos y explicar sus beneficios para los niños y niñas? ¡Queremos opciones maravillosas para estas Navidades!

Vamos a dividir los tipos de juguetes en dos etapas diferenciadas, aunque el juego de los niños irá evolucionando progresivamente y por lo tanto debemos comprender que todo formará parte de una transición. Es decir, lo más importante es respetar los ritmos de cada niño y niña en particular y adaptar nuestros regalos y los tipos de juegos a sus necesidades reales de ese determinado momento, más allá de la edad que tengan.

Pero para segmentar en un primer momento dividiremos en dos etapas:

Para 0-3 años

Los juguetes más apropiados para esta etapa son todos aquellos que favorezcan y desarrollen su capacidad sensorial, juguetes o materiales cargados de cualidades sensoriales: formas básicas, texturas, olores, diferentes pesos, materiales que flotan, encajables, etc. 

Personalmente recomiendo los juguetes hechos con materiales nobles: metales, madera… ya que sus propiedades son mucho más ricas que el plástico. 

Algunos juegos que favorecen la exploración sensorial son:

  • La Panera de tesoros, para bebés, o el Juego heurístico, hacia 1-2 años.
  • Los cuentos de tapa dura, ya que ayudan al niño a descubrir el mundo de las imágenes. Es importante aprender a leer imágenes primero antes de aprender a descodificar el lenguaje escrito.
  • Juguetes que ayuden a desarrollar su motricidad fina, como la pasta para modelar. Yo aconsejo hacer “pasta de sal” casera. ¡Es muy fácil y natural! Simplemente mezclar 1 taza de sal y 1 taza y media de harina y agua. ¡Voilà!

Para 3- 6 años

  • Es el momento de introducir los juegos de mesa sencillos y adecuados a la edad, ya que poco a poco empiezan a comprender los juegos de reglas. Potencian sus habilidades mentales y ponen en marcha las funciones ejecutivas del cerebro necesarias para el funcionamiento global. Además, los juegos de mesa, propician situaciones de juego en familia, pasar un buen rato juntos, y podemos trabajar la tolerancia a la frustración, empatía, cooperación, competitividad, etc.

Estos son algunos de los juegos de los que más hablo siempre a los padres:

    • Memory
    • Mi primer frutal (juego cooperativo)
    • Pequeños detectives de monstruos
    • Castle Logix
    • Animal sobre Animal
    • Cocoricó Cocorocó
    • Dobble Kids
    • Story Cubes
  • También hay que seguir teniendo en cuenta el desarrollo psicomotor, con juegos educativos que desarrollen su motricidad gruesa, esto es, juegos al aire libre donde puedan correr, saltar…
  • Actividades que le ayuden a desarrollar su motricidad fina. Por ejemplo, jugar con peonzas de madera favorece la coordinación óculo-manual, necesaria después para poder escribir, o la plastilina.
  • Juego simbólico y de roles: muñecos y muñecas a los que puedan cuidar, maletines de médicos, disfraces y atrezzo para jugar a ser diferentes personajes… 
  • Circuitos de bolas. Jugar con rampas y objetos que rueden les ayuda a acercarse por primera vez a las leyes de la física
  • En la misma línea de acercarse al mundo de las ciencias: linternas y mesas de luz, donde poder experimentar con las luces y las sombras. 
  • Coches, vehículos que ruedan.
  • Legos, Playmobils o cualquier juguete de ese estilo, con los que pueden crear escenarios, personajes y empezar a inventar historias. 
  • Animales de plástico. 
  • Circuitos con agua. La flotación. La inclinación y los trasvases. 
  • Encajables y puzzles sencillos.
  • Herramientas para jugar con la tierra o la arena. 
  • Títeres y teatros.
  • Tableros para hacer mosaicos.
  • Tipis, cabañas o lugares donde poder esconderse y retirarse. Que el niño tenga posibilidad de tener un espacio donde recogerse y jugar en intimidad
  • Juguetes para hacer construcciones. Recomiendo dos: Korbo y Kapla.
  • Maquillaje.
  • Pinturas, acuarelas, rotuladores, pinceles.. Fomentar todo lo relacionado con el dibujo, la pintura y la expresión de la creatividad como manera de liberar tensiones es imprescindible.

¿A que nunca te hubieras imaginado que había que tener todo esto en cuenta a la hora de elegir los mejores juguetes educativos para tus hijos? Es muy importante conocer los porqués de lo que compramos y, sobre todo, las necesidades de cada peque en ese momento determinado. Para apoyar a las madres y padres en esta labor, existen personas como Gisela, que analiza cada situación particular y brinda asesoramiento y orientación educativa.

Ahora lo tienes muy fácil estas Navidades: abre este post en la juguetería y ¡no te calientes la cabeza gracias a todas las ideas de Gisela!

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