Termostatos digitales: ¿cómo pueden ayudarte a ahorrar?

Lectura 3 min

Una de las principales preocupaciones de todo responsable del hogar es cómo hacer un uso eficiente y consciente de los sistemas de climatización de la vivienda. Lo anterior se centra en el interés de generar un mayor ahorro energético, que se traduzca, al mismo tiempo,  en facturas del suministro eléctrico cada vez lo menos abultadas posibles. Con fortuna, los termostatos digitales son unos dispositivos que representan grandes aliados en esta tarea.

La utilización de estos dispositivos, vinculados al sistema de calefacción o refrigeración, permite regular la temperatura presente en el ambiente para garantizar la tranquilidad y confort a los habitantes de la estancia, sin que estos se muevan de su sitio. La principal finalidad de esta herramienta es justamente la de ahorrar energía, pudiendo llegar a reducir el gasto del consumo eléctrico hasta en un 50%.

¿Cómo funciona un termostato digital?

Como se ha adelantado, un termostato es un aparato encargado de captar la temperatura de un espacio para ordenar un apagado, encendido o ajuste de calor de forma automática sobre cualquier sistema de climatización que opere en el hogar u otro de espacio cerrado.

La variante digital se activa a través  de sensores eléctricos que pueden ser programables, conforme a distintos parámetros. Suelen incluir pantallas, las cuales permiten la visualización de la temperatura; y algunos hasta pueden conectarse a la red WiFi para ser operados de forma remota.

Por su reconocida eficiencia, precisión y mayor garantía de ahorro energético, el uso de los termostatos digitales ha sustituido casi completamente la implementación de termostatos mecánicos o manuales, los cuales se activan mediante el contacto metálico o la expansión de gases, y además no brindan la posibilidad de ser programados.

 

¿Qué recomendaciones seguir para su uso?

Los termostatos digitales pueden ser programados diaria o semanalmente para la optimización del consumo energético sin dejar de lado la comodidad, pero resulta necesario efectuar pequeñas medidas y cambio de hábitos para garantizar un funcionamiento mucho más efectivo.

Algunas de las sugerencias a seguir son:

  • Tener un sistema de aislamiento correcto: instalar o mejorar un sistema de aislamiento térmico favorecerá la preservación de la temperatura interior, lo que brindará un mejor desempeño del termostato en el control y ajustes de la climatización en las habitaciones.
  • Ubicar adecuadamente el termostato: para un funcionamiento más preciso, el termostato debe situarse lejos de fuentes de calor y no ubicarse en una estancia concurrida, para así  desarrollar un comportamiento más eficiente y también tener una vida útil más prolongada.
  • Desactivar la climatización al dejar la estancia: ya sea la calefacción o el aire acondicionado, estos sistemas deberán apagarse  al salir de casa o al abandonar la estancia en cuestión. Incluso si es por pocas horas, o varios minutos, lo mejor será apagar los equipos y encenderlos de nuevo al regresar o pocos minutos antes, gracias a la programación de termostatos inteligentes.
  • Respetar las temperaturas recomendadas: para evitar sobreexigir a los equipos y optimizar el ahorro energético, lo más favorable es mantener la temperatura en el rango recomendable para interiores, que es de 21° a 23°C en invierno y de 23° a 25°C en verano. Incluso durante las noches la temperatura puede reducirse a valores entre los 15° y 19°C.
  • Programar el calentador de agua: el termo eléctrico es uno de los equipos que más energía consume, por lo que se desaconseja dejarlo encendido todo el día. Por el contrario, se sugiere que su activación sea programada, conforme a las horas de uso más frecuente. Esto representará un ahorro energético que, sin duda, se reflejará en la facturación del suministro eléctrico.

Artículos relacionados