Ley de Arrendamientos Urbanos: todo lo que debes saber
La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) tiene el objetivo de proteger y regular el sector del alquiler. No obstante, se han realizado modificaciones que afectan a todos los contratos nuevos de alquiler que se han hecho desde entonces. A continuación, te indicamos en qué consiste la nueva ley del alquiler para este 2023 y qué requisitos para el arrendamiento debes cumplir.
¿Qué es la ley de arrendamientos urbanos?
Según la Ley de Arrendamientos Urbanos 2023, un arrendamiento urbano es un contrato que tiene el objetivo de determinar la cesión de la utilización de una vivienda a cambio de una renta. Esto quiere decir que el propietario cobra al inquilino una cuota y, a cambio, le permite usar el inmueble. Es importante saber que no tiene por qué tratarse de una casa, sino que puede ser un local, un trastero, un garaje, etc.
Por lo tanto, la ley, conocida como la ley LAU 2023, regula el uso y la aplicación de los contratos de alquiler, además de fijar responsabilidades, obligaciones y derechos para las partes mientras el contrato tenga vigencia. No obstante, esta normativa ya se contemplaba antes del año 2023.
Novedades de la Ley de Arrendamientos Urbanos 2023
Esta Ley de Arrendamientos Urbanos (contemplada en el BOE) fue promulgada en 1964 y, desde entonces, ha sufrido modificaciones. A continuación, te mostramos las últimas novedades de esta nueva ley de alquileres de 2023.
Ampliación del plazo mínimo de alquiler
La última actualización del artículo 9 de la Ley de Arrendamientos Urbanos indica que se ha aumentado la duración mínima obligatoria del contrato a cinco años. Por otra parte, se determina una prórroga táctica de tres años para las personas físicas sólo si las dos partes quieren renovarlo. En el caso de que el propietario sea una persona jurídica, la duración del contrato mínima será de siete años.
Duración del contrato de alquiler
La nueva ley de alquileres urbanos de 2023 te permite determinar de forma libre la duración del contrato. Esto quiere decir que, si quieres firmar un contrato de un año, podrás hacerlo. Sin embargo, es importante saber que, después de ese año, se mantiene la relación contractual. Por lo tanto, se lleva a cabo una prórroga de manera automática, a menos que una de las partes indique que quiere cancelar el contrato, pero debe hacerse con antelación a la fecha estipulada de renovación.
Resulta fundamental saber que los plazos para indicar a la otra parte la cancelación del contrato son de cuatro meses para el propietario y dos meses para el inquilino. Si ninguno de los dos manifiesta su voluntad de rescindir el contrato, este se seguirá renovando automáticamente hasta los cinco o siete años desde la firma del documento.
Finalización del contrato antes de tiempo
Después de seis meses, si el inquilino quiere rescindir el contrato de arrendamiento, debe comunicárselo al propietario con una antelación mínima de 30 días. Sin embargo, es relevante saber que los contratos de arrendamiento suelen establecer una indemnización al arrendador en caso de que el inquilino no complete la estancia estipulada en el documento. Esta cifra la establecen las dos partes en mutuo acuerdo.
En cambio, puede ocurrir que sea el propio arrendador el que quiera recuperar su vivienda durante el primer año de contrato y puede hacerlo. No obstante, si no ocupa la propiedad en un plazo de tres meses, el inquilino tendrá derecho a vivir de nuevo en el inmueble o a solicitar una indemnización.
Si el propietario quiere poner fin al contrato, la Ley de Arrendamientos Urbanos actual establece que puede hacerlo si se da alguno de los siguientes casos:
- El inquilino no paga la renta correspondiente.
- Se llevan a cabo actividades ilícitas o molestas en la propiedad.
- Se han realizado obras sin permiso.
- El inquilino ha subarrendado una habitación.
- Se emplea el inmueble para un uso diferente del acordado en el contrato.
- Necesita usar la vivienda para sí o para sus descendientes, siempre y cuando exista una sentencia de por medio. Por ejemplo, en caso de divorcio.
Repartición de los gastos
El propietario tiene que hacerse responsable de todos los gastos de formalización y tramitación del contrato. La LAU 2023 indica que el propietario tiene que pagar los gastos de alta de los suministros, pero también, el coste de mantenimiento o reparación debido al desgaste de la vivienda por el paso del tiempo.
En cambio, el inquilino tendrá que hacerse cargo de las averías que pueda sufrir el inmueble por una mala utilización del mismo y todo aquello que sea relativo al mantenimiento usual.
Límites al precio del alquiler
La Ley de Arrendamientos Urbanos 2023 ha establecido que, aunque ambas partes acuerden el precio de la renta, si el propietario quiere modificar el precio posteriormente, deberá pasar un año desde la firma del contrato. Además de esto, no podrá superar el resultado de aplicar la variación porcentual experimentada del Índice de Precios al Consumo (IPC).