¿Cómo ahorrar en gas?

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¿Quieres ahorrar en la factura del gas pero no sabes cómo hacerlo? Puedes empezar siguiendo una serie de consejos y recomendaciones en el hogar. Recuerda que según estimaciones a nivel mundial, la subida de las facturas de electricidad y gas es algo inevitable en el futuro próximo.

¿Por qué hay un incremento en la factura del gas?

Una de las consecuencias de la guerra de Ucrania es el incremento de las facturas de gas y electricidad. Esto se debe a que Rusia es el principal proveedor de gas de Europa. El 41% del que Europa recibe procede de este país, ahora en guerra. Pero además, Ucrania es un país que, gracias a su geografía, alberga buena parte de los gasoductos por los que viaja el gas natural al continente europeo. 

Debido a la guerra y la inestabilidad que acarrea la misma, la interrupción del suministro hace que los precios se disparen. Esto se ve reflejado en las facturas de los consumidores. Según los expertos, esta podría mantenerse en una media de 106 euros al mes, pero en el peor escenario este importe podría elevarse hasta los 200 euros mensuales. Estos datos, en comparación con la media del 2021 antes de la guerra, demuestran que el gas natural subiría entre un 77 y un 227%. Estos cálculos, realizados por la Organización de Consumidores y Usuarios, se han hecho según el consumo de gas de hogares promedio que utilizan 9.000 kWh para la calefacción.

¿Cómo ahorrar en la factura del gas?

Una de las mayores preocupaciones en los hogares no es solo ahorrar en luz o agua, sino en la factura del gas natural. Sin duda alguna, uno de los principales motivos por los que tu factura aumenta considerablemente es la calefacción. Sigue estos consejos para hacer uso del gas responsable que ayude tanto a tu economía como al medio ambiente. 

Mantén una temperatura de 20 grados

Para poder ahorrar, lo más aconsejable es reducir la temperatura de la misma, de tal forma que no pases frío pero tampoco sea verano en el interior de tu hogar. Poner el termostato a 20ºC es más que suficiente. 

Es recomendable mantener una temperatura constante durante todo el día como 19 a 20ºC en vez de poner la calefacción a mayor temperatura como 28 a 30ºC para que caliente la casa en menos tiempo. 

Despeja la zona de los radiadores

También es muy importante que la zona que rodea a los radiadores y estufas esté totalmente despejada. Evita que las fuentes de calor estén obstruidas por muebles, pues esto puede hacer que el calor quede atrapado y por eso sientas que la estancia no se calienta lo suficiente.

¡Pásate a un hogar inteligente!

Las nuevas tecnologías también son una buena forma de ahorrar en tu factura del gas. Por eso es aconsejable apuntarte a los hogares domóticos. Se trata de hacer tu vivienda inteligente y que puedas controlarla con tus dispositivos móviles o que la propia casa sepa cuándo la estancia se ha calentado suficiente para apagar la calefacción. 

Una parte de la domótica la comprenden los termostatos inteligentes. La inversión en estos dispositivos te permitirá regular la temperatura de una habitación, pero también programar la calefacción para que se encienda o apague cuando tú lo hayas establecido. Los dispositivos más inteligentes incluyen WiFi, así que puedes controlarlos desde tu móvil. ¡Incluso si te marchas de casa sin haber apagado la calefacción puedes apagarla!

¿Dar mantenimiento a los radiadores?

Probablemente no lo sabías, pero los radiadores también necesitan mantenimiento para conservar su eficiencia. Esto es importante porque, si ésta se reduce, entonces aumenta el consumo de los radiadores y, en consecuencia, tu factura. Para que un radiador se mantenga en óptimas condiciones debes:

  • Limpiarlo purgando los circuitos. De esta forma se elimina el aire en el interior.
  • Controlar la presión del agua.
  • Verificar si el radiador tiene o no pérdidas de agua.
  • Las juntas de los tapones del radiador deben estar siempre secas. Si no lo están, entonces deberás reemplazarlas.

¿Agua fría o caliente?

Evidentemente, para ducharte seguramente quieras utilizar agua caliente o templada, pero no utilices el agua a altas temperaturas para todo. Para hacer la limpieza y la colada, lo mejor es utilizar agua tibia, salvo algunos casos como el lavado de sábanas a 60ºC o para quitar la grasa pegada de los cacharros de la cocina. Si regulas la temperatura para fregar el resto de platos y ropa no solo ahorras en gas, sino también en electricidad

Por otra parte, cuando termines de fregar los cacharros, lo mejor es colocar el grifo siempre hacia el lado derecho. ¿Por qué? Porque si lo dejas hacia el lado izquierdo, que es el del agua caliente, cada vez que abras el grifo la caldera saltará, lo que aumenta tu factura.

¡Cuidado con la cocina!

Cuando cocinas también gastas electricidad y gas, por eso es bueno tomar ciertas medidas:

  • Utiliza siempre el microondas antes que el horno, a ser posible. 
  • Evita abrir el horno mientras está funcionando.
  • Aprovecha el calor residual del horno para terminar de cocer los alimentos.
  • Utiliza el calor residual del horno, que calienta la estancia, para comer ahí y evitar utilizar radiadores y calefactores.
  • Si cocinas con fuego, comprueba que la llama no se salga por los lados del recipiente.
  • Tapa ollas y sartenes para aprovechar el calor, siempre que sea posible.

Ventila la casa

La casa suele ventilarse por la mañana, pero en época de invierno lo mejor es hacerlo en la hora del día más caliente. De esta forma no perderás mucha temperatura con la ventilación y, en consecuencia, no necesitarás tanto el radiador para recuperar el calor. Intenta mantener las cortinas descorridas y persianas levantadas para que la luz natural llegue al interior. Por la noche, baja del todo las persianas para mantener el calor de la habitación.

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